DESDE BONAO

La preocupación generalizada debido al alto índice de delincuencia que se registra en el país, muchos de los cuales terminan en asesinato, y la participación, en parte de los mismos, de miembros de la Policía Nacional y de otros cuerpos militares atrapados en las redes del narcotráfico y del crimen organizado, ha llevado a la ciudadanía a desconfiar de las autoridades llamadas a proteger su integridad y la propiedad privada.

Oímos con frecuencia hablar sobre la necesidad de eliminar la PN y crear una institución nueva que responda a la realidad de la sociedad de hoy. Somos partidarios de esta idea, ya que el grado de deterioro y el malestar es tan grande que es casi imposible la reorganización y saneamiento de esta institución.

Aun estando conscientes de que la mejor decisión sería la formación de una nueva Policía Nacional, sabemos que para las autoridades es cuesta arriba disponer la suspensión general de todos sus integrantes, por lo que la alternativa viable sigue siendo la de una profunda depuración que abarque todos. los estamentos del cuerpo del orden, así como una reforma institucional que define más claramente su rol ante la sociedad y que la acercar a la comunidad.

Antes había un concepto generalizado de que los policías y militares no podían permanecer mucho tiempo en un mismo lugar, porque supuestamente desarrollaban lazos de amistad con la población, y esto era un problema para cumplir con sus funciones. Este argumento fue usado por mucho tiempo, sobre todo en los gobiernos en que la Policía era utilizada como una fuerza de represión política.

En la actualidad, se impone lo contrario, y es necesario que la comunidad conozca a sus policías, sepa cómo viven, intercambien con sus familias y participen de la vida activa donde desarrolla su trabajo. Es por esto que se hace necesaria la creación de mecanismos que integran a los agentes a la comunidad. Además, al estar fijos en un territorio, el Estado tendría mayores posibilidades de mejorar las condiciones de vida de estos servidores públicos y sus familiares mediante planes de vivienda, educación y salud. No estarían sometidos a una movilidad constante que causa problemas familiares y dificulta su integración con el pueblo.

Planteamos que, conjuntamente con el proceso de depuración y reforma, sea creada una Policía Territorial, que podría tomarse como marco las provincias. Esta Policía Territorial no estaría sujeta a traslados rutinarios, sino que estos se harían en base a necesidades ponderadas para beneficio de la institución.

Es necesaria la suspensión definitiva de la práctica de que los delitos cometidos por sus miembros se paguen con un traslado. Estos deben recibir las sanciones que establezcan las leyes y sus reglamentos internos.

Cada municipio de una provincia debe subdividirse, basado en un estudio socioeconómico y geográfico, con el objetivo de hacer eficiente la vigilancia y la seguridad, estableciendo una unidad básica por determinado número de kilómetros cuadrados y habitantes, creando una red de unidades que garantiza la seguridad. total de la provincia y la integridad de la población.